Nos preparamos en este tiempo para conmemorar la venida de nuestro Señor y Salvador al mundo, en un acto de amor donde Dios se despoja de su gloria y se encarna en la persona de Jesus, cumpliendo la promesa de ser el Emanuel, Dios con nosotros.
Te invitamos a leer este articulo para conocer porque los creyentes celebramos en esta época lo que conocemos como el tiempo de adviento.
¿Qué quiere Jesús esta Navidad?
Podemos ver la respuesta en Sus oraciones. ¿Qué le pide a Dios? Su oración más extensa es la de Juan 17.
El clímax de Su deseo está en el versículo 24. Entre todos los pecadores indignos del mundo, están los que Dios ha “dado” a Jesús. Son aquellos que Dios ha atraído al Hijo (Jn 6:44, 65). Estos son los cristianos: personas que han recibido a Jesús como el Salvador crucificado y resucitado y el Señor y Tesoro de sus vidas (Jn 1:12; 3:17; 6:35; 10:11, 17-18; 20:28). Jesús dice que quiere que ellos estén con Él.
A veces oímos decir que Dios creó al hombre porque se sentía solo. Entonces dicen: “Dios nos creó para que estuviéramos con Él”. ¿Está Jesús de acuerdo con esto? Bueno, sí dice que realmente quiere que estemos con Él. Sí, pero ¿por qué? Considera el resto del versículo. ¿Por qué quiere Jesús que estemos con Él?
… para que vean Mi gloria, la gloria que me has dado; porque me has amado desde antes de la fundación del mundo. Qué extraña forma de expresar Su soledad. “Los quiero conmigo para que vean Mi gloria”. De hecho, esto no expresa Su soledad. Expresa Su deseo de satisfacer nuestros anhelos, no Su soledad. Jesús no está solo. Él y el Padre y el Espíritu están profundamente satisfechos en la comunión de la Trinidad. Nosotros, no Él, estamos
hambrientos por algo. Y lo que Jesús quiere para la Navidad es que experimentemos aquello para lo que realmente fuimos creados: ver y saborear Su gloria. ¡Oh, que Dios haga que esto marque nuestras almas! Jesús nos creó (Jn 1:3) para ver Su gloria. Justo antes de ir a la cruz, Jesús suplica al Padre de acuerdo a Sus deseos más profundos: “Padre, quiero [¡quiero!] que los que me has dado, estén también conmigo donde Yo estoy, para que vean Mi gloria”
(Jn 17:24). Pero eso es solo la mitad de lo que Jesús quiere en estos versos finales y culminantes de Su oración. Dije que estamos hechos para ver
y saborear Su gloria. ¿Es eso lo que Él quiere—que no solo veamos Su gloria, sino que la saboreemos, la disfrutemos, la atesoremos y la amemos? Considera el versículo 26, el último versículo: Yo les he dado a conocer Tu nombre, y lo daré a conocer, para que el amor con que me amaste esté en ellos y Yo en ellos.
Ese es el fin de la oración. ¿Cuál es el objetivo supremo de Jesús para nosotros? No que simplemente veamos Su gloria, sino que lo amemos con el mismo amor que el Padre le tiene: “para que el amor con que me amaste esté en ellos”.
El anhelo y la meta de Jesús es que veamos Su gloria, y entonces seamos capaces de amar lo que vemos con el mismo amor que el Padre tiene por el Hijo. Y esto no quiere decir que nos limitemos a imitar el amor del Padre por el Hijo. Quiere decir que el mismo amor del Padre se convierte en nuestro amor por el Hijo, que amamos al Hijo con el amor del Padre por el Hijo. Esto es lo que el Espíritu consigue y otorga en nuestras vidas: el amor al Hijo por parte del Padre a través del Espíritu.
Lo que más desea Jesús en la Navidad es que Sus elegidos sean reunidos y obtengan lo que ellos más desean: ver Su gloria y saborearla
con el mismo disfrute con que el Padre disfruta al Hijo. Lo que más deseo para la Navidad de este año es unirme a ti (y a muchos otros) para ver a Cristo en toda Su plenitud, y que juntos seamos capaces de amar lo que vemos con un amor mucho más allá de nuestras pobres capacidades humanas. Este es nuestro objetivo en estos devocionales de Adviento. Queremos ver y saborear juntos a este Jesús cuyo primer adviento (venida) celebramos, y cuyo segundo adviento
anticipamos.
Esto es lo que Jesús ora por nosotros en esta Navidad: “Padre, muéstrales Mi gloria y dales el mismo deleite que Tú tienes en Mí”. Que podamos ver a Cristo con los ojos de Dios y saborear a Cristo con el corazón de Dios. Esa es la esencia del cielo. Ese es el regalo que Cristo vino a comprar a favor de los pecadores al precio de Su muerte en nuestro lugar.
Editoria Poiema, ha querido en esta ocasión regalar la versión digital del libro Buenas Nuevas de Gran Gozo, de John Piper. Si deseas descargarlo dale click al botón descargar y te direccionará a la pagina de editorial Poiema , donde podrás descargar el libro de manera ¡totalmente gratuita!