Dios No Está Callado | Noticias de Gran Gozo

«Dios, habiendo hablado hace mucho tiempo, en muchas ocasiones y de muchas maneras a los padres por los profetas, en estos últimos días nos ha hablado por Su Hijo, a quien constituyó heredero de todas las cosas, por medio de quien hizo también el universo. Él es el resplandor de Su gloria y la expresión exacta de Su naturaleza, y sostiene todas las cosas por la palabra de Su poder. Después de llevar a cabo la purificación de los pecados, el Hijo se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas, siendo mucho mejor que los ángeles, por cuanto ha heredado un nombre más excelente que ellos»

Al autor de Hebreos le bastaron solo 109 palabras para presentarnos una de las introducciones más imponentes de todo el Nuevo Testamento: «¡Dios no está callado!»; Él ha hablado mucho, de muchas maneras y desde tiempos inmemoriales. Dios habla como preámbulo a su despliegue creativo desde la primera página de la Biblia y nos dice: «Yo hice la tierra y creé al hombre sobre ella. Yo extendí los cielos con Mis manos, Y di órdenes a todo su ejército» (Is 45:12).

Dios también habla para darnos a conocer su carácter: «Pero Tú, Señor, eres un Dios compasivo y lleno de piedad, Lento para la ira y abundante en misericordia y f idelidad» (Sal 86:15). En su carácter bondadoso también nos habla para darnos a conocer su voluntad para nosotros. Cuando Moisés termina de entregar los mandamientos al pueblo, les dice en nombre de Dios: «… he puesto ante ti la vida y la muerte… Escoge, pues, la vida para que vivas… amando al Señor tu Dios, escuchando Su voz y allegándote a Él…» (Dt 30:19-20a).

Nuestro Señor Jesucristo es la manifestación más gloriosa de su Palabra. El Señor nos habla hoy a través de su Hijo, el verbo de Dios, de quien Juan nos dice: «Todas las cosas fueron hechas por medio de Él, y sin Él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho» (Jn 1:3). La grandeza de nuestro Señor Jesucristo es sin parangón.

El autor de Hebreos, inspirado por el Espíritu Santo, no quiere dejar un solo resquicio de duda en cuanto al carácter único de nuestro Redentor y Salvador. El universo fue creado por medio de Él, quien es su único heredero (Col 1:16). Cristo manifiesta la gloria de Dios de forma refulgente y goza de dominio sobre todo a través de su Palabra (Jn 1:14; Col 1:17).

No, Jesucristo no es simplemente un mártir o un profeta destacado. Él es el Hijo Eterno de Dios, la misma esencia y la expresión visible de la naturaleza divina (Jn 1:18). Es el Dios que se hizo hombre y fue a la cruz por ti y por mí. Él se humilló hasta la muerte por su pueblo y ahora ha vuelto a su trono celestial desde donde gobierna el universo, pero las marcas de su amor desplegado en la cruz permanecen en sus manos y pies.

¿Cómo no rendirnos en adoración delante de su presencia en este mismo momento?

Este articulo es tomado del libro, «Noticias de gran gozo: 25 reflexiones para celebrar el Adviento» perteneciente a Coalición por el evangelio 2021 editado por Josué Barrios. Coalición por el Evangelio coalicion@thegospelcoalition.org www.coalicionporelevangelio.org